A veces echo mazo mucho de menos mi pelo rojo. Fue el primer tinte por el que aposté, cuando tenía 16, y nos hacíamos experimentos en el pelo, mi amiga Ana y yo.
Los que me conocéis de entonces, sabéis de Ana y de nuestros vídeos, de nuestros viajes y locuras varias.
La cosa es que empecé con un tono naranja, y conforme fue avanzando el tiempo fui decantándome hacia el rojo. Aunque varió mucho, llegando incluso a un rojo fuego muy muy intenso.
Fueron muchos años de pelirroja, que dieron para muchas variaciones, y muchas aventuras capilares. Siempre me sentí muy muy cómoda con el pelo rojo, pero acabó una era. Y debo decir, que tuve que teñirme de negro cuatro veces para matar el rojo después de tantos años.
Pero ay, ¡tan bonito!